Podemos vernos movidos a solicitar ayuda, por haber sufrido una perdida, estar enfrentándonos a un cambio en nuestras vidas, porque necesitemos ayuda en cuestión de gestión emocional, no podamos manejar pensamiento negativos o dañinos, tengamos miedos o temores que no nos permitan avanzar, porque tengamos problemas en nuestras relaciones, tanto familiares como de pareja.
Puede que sólo te sientas que algo no va bien, o que no te sientas bien, y no puedas identificar el motivo. Sea cual sea el motivo, en la terapia podrás encontrar respuestas, alternativas y soluciones adaptadas a ti. O incluso, no es necesario tener que esperar a que algo malo nos ocurra para acudir a terapia psicológica.